No obstante las pocas llegadas de copello al area rival, es necesario dejar en claro algo ... La soberbia e ineptitud del arbitraje impartido por los jueces intervinientes (excepto 1 de los lineas) que participaron una vez mas al descalabro del equilibrio de transparencia que debe estar presente dentro del deporte competitivo y recreativo del cual pretendemos disfrutar.
Para ir directamente a lo ocurrido, el arbitro se dedico todo el partido a fallar a pedido del equipo rival siguiendo expresas instrucciones de los gritos proporcionados por los de camiseta azul. Sin embargo el equipo de copello mantuvo su cordura .. pero toda aceptacion de lo injusto tiene un limite. Ese limite fue traspasado directamente por el Sr. Quiroga quien ostenta el cargo de "arbitro" al cobrar un penal inexistente, encontrandose geograficamente a 35 metros de distancia del supuesto incidente y con su vista alucinante a pesar de estar entrado en años y en peso, pudo determinar -grito exagerado mediante- que en el area hubo un empujón o una carga de Claudio Resquin frente a un numero 9 de 1.50 metros y 140 kilos. ( haciendo un paralelismo seria lo mismo que gabu levante 600 kilos pecho plano).Por un momento pense que quien nos dirigia era el mismo que pitó el penal de Roberto Sensini sobre Rudi Voeller en la final de Italia 90. Luego de tamaña injusticia copello tuvo su segundo altercado en un partido digamos "caliente" , jugador reconocido si hay y de respetuo absoluto con sus compañeros como para con el equipo rival y colaboradores fue provocado por el juez de linea que intento amedrentarlo. Para menos nuestro "Gordo" hablamos de Martin le dijo al linea que sus provocaciones no le proporcionaban miedo alguno, a lo que el juez de linea nuevamente y en actitud poco varonil interrumpió el partido para comentarle al juez principal que un jugador "hablaba".
Para cerrar este capitulo negro (acorde a la vestimenta de sus creadores) luego de un centro de copello donde hay mas forcejeos que en titanes en el ring el juez marca rapidamente Off Side mientras que el juez no se da cuenta que varios jugadores copeleros son "abrazados" sin gestos de cariño ni mucho menos un besito como acostumbramos recibir al solo efecto de contrarrestar el peligro concreto de el empate. El juez vió claramente las infracciones allí cometidas y nada hizo nuevamente.
Como Corolario de estos hechos al terminar el encuentro podemos identificar como jugador de un equipo participante a un arbitro de la propia liga ( lo habran mandado a jugar cansados de que dirija como dirije) , eso da cuenta de la imparcialidad reinante en las filas de los jueces que Pintitas nos ofrece. Está más que sabido que el juez es un tercero imparcial, no se puede ser juez y parte al mismo tiempo ni mucho menos tener vinculación o afinidad, amistad o cualquier otra cuestion que afecte el desempeño transparente de los mismos.
lunes, 7 de abril de 2008
La Perla Negra
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